El impacto económico en las familias riocuartenses: «Los comedores no dan abasto»
En una entrevista exclusiva de Puntal AM!, Margarita Lucero, presidenta de la Vecinal Las Delicias, describe la cruda realidad que enfrentan las familias del barrio ante la escalada de la pobreza, evidenciada por el reciente informe del Observatorio Social de la UCA.
Foto archivo: barrio de las delicias
En medio de un panorama desalentador marcado por la creciente crisis económica, el barrio Las Delicias se erige como un reflejo crudo de las adversidades que enfrentan millones de argentinos. Según los datos revelados por el Observatorio Social de la UCA, la pobreza ha alcanzado una alarmante cifra del 57,4%, afectando a cerca de 27 millones de personas en el país.
En una conversación con Puntal AM, Margarita Lucero, presidenta de la Vecinal Las Delicias, compartió su preocupación ante la difícil situación que atraviesan las familias de su comunidad. «La Municipalidad nos provee con cinco bolsones de alimentos al mes, pero la demanda sigue creciendo de manera exponencial. Es insostenible», lamentó Lucero.
La escasez de recursos ha colocado a los comedores locales, como ‘Sol de Esperanza’ o ‘Las Campeonas’, en una situación crítica, incapaces de satisfacer la creciente necesidad de alimentos. «Los comedores ya no dan abasto, la cantidad de personas que acuden a ellos supera con creces lo que podemos proporcionar», afirmó Lucero.
Ante este desafío abrumador, la solidaridad se convierte en un recurso invaluable. Las donaciones de alimentos, ropa y útiles escolares son recibidas con gratitud en la calle Iguazú 400 o pueden coordinarse al 3584024257, según informó Margarita Lucero durante la entrevista.
Sin embargo, las consecuencias de la crisis se vuelven aún más desgarradoras cuando se observa el impacto directo en los niños del barrio. «Hay chicos que no van a poder empezar las clases», lamentó Lucero, destacando el dilema angustiante al que se enfrentan muchas madres: «Deben elegir entre alimentar a sus hijos o vestirlos. Es una decisión imposible».
El aumento vertiginoso de los precios, particularmente evidente en artículos de primera necesidad como la garrafa de gas, ha exacerbado aún más la precariedad. «Doce mil pesos por una garrafa es una suma inalcanzable para muchas familias. Nos vemos obligados a recurrir a métodos antiguos, como el uso de leña para cocinar», expresó Lucero con pesar.
En medio de esta crisis que parece no ceder, la voz de Margarita Lucero y la realidad que describe resuenan como un llamado urgente a la solidaridad y la acción colectiva para mitigar el sufrimiento de quienes más lo necesitan.
