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El empresario anunció su salida como director de DOGE tras diferencias con el presidente estadounidense por el millonario proyecto de ley de gastos.

El multimillonario Elon Musk anunció su salida del cargo como director de la Comisión de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un puesto que ocupaba dentro de la administración de Donald Trump con el objetivo de reducir el gasto público en Estados Unidos.

A través de su cuenta en X, Musk agradeció al presidente la oportunidad, pero dejó clara su frustración por el rumbo del Gobierno en materia fiscal, especialmente tras la propuesta del llamado “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, que prevé un fuerte aumento del gasto federal.

Elon Musk rompe con Trump por la política de gasto público

“Mi mandato como empleado especial del Gobierno llega a su fin”, escribió Musk. “La misión de DOGE seguirá creciendo, pero por ahora regreso a mis empresas”.

Su salida se produce tras semanas de tensión entre Musk y la Casa Blanca. Críticos del proyecto de ley afirman que este podría aumentar el déficit nacional en hasta 4 billones de dólares en los próximos 10 años y recortar servicios clave como la sanidad.

Musk expresó su descontento en una entrevista reciente:

«Un proyecto de ley puede ser grande o puede ser bonito. Pero no sé si puede ser ambas cosas», comentó.

DOGE: entre el fracaso político y las críticas públicas

El propio Musk admitió que DOGE, creado para eliminar gastos superfluos del Gobierno federal, se convirtió en el «chivo expiatorio» de todo lo que salía mal. Aunque el programa logró la eliminación de miles de empleos públicos y el cierre de algunos departamentos, no alcanzó sus metas principales.

“La burocracia es mucho peor de lo que imaginaba”, afirmó Musk desde Starbase, Texas, en declaraciones al Washington Post. Además, denunció que su equipo, compuesto por jóvenes técnicos, enfrentó fuertes resistencias dentro del sistema político.

Impacto en Tesla y SpaceX: protestas, pérdidas y nuevos focos

El alejamiento de Musk del entorno político también responde al impacto negativo en sus propias compañías. Las protestas por los recortes de DOGE se trasladaron a concesionarios de Tesla, donde incluso se incendiaron vehículos eléctricos. Esto afectó los ingresos de la empresa, cuyos beneficios sufrieron una caída significativa.

Mientras tanto, SpaceX también enfrenta dificultades, especialmente con el programa Starship. El último prototipo explotó durante un ensayo reciente sobre el océano Índico, lo que representa otro revés para los planes de Musk de colonizar Marte.