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Falleció Pepe Mujica, el hombre que convirtió la política en ejemplo de vida

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Luchó como guerrillero, resistió como preso político y gobernó como presidente. Murió a los 89 años en su chacra, rodeado de afecto y coherencia.

Pepe Mujica murió este martes 13 de mayo en su casa de siempre, su chacra de Rincón del Cerro. Tenía 89 años y un cáncer de esófago avanzado. En enero, lo comunicó con serenidad: su enfermedad era terminal y quería pasar sus últimos meses en paz.

El presidente Yamandú Orsi fue quien dio la noticia: “Te vamos a extrañar mucho, Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste”.

Del fusil a la palabra
Nació en 1935 y en los años 60 eligió el camino de la lucha armada como integrante de los Tupamaros. La dictadura lo capturó y lo mantuvo preso durante 14 años. Sobrevivió al aislamiento, a la tortura, al encierro. “No hay odio que valga la pena”, decía años después, ya libre.

Con el regreso de la democracia, cambió las armas por la política institucional. Fue legislador, ministro y finalmente presidente.

Un estilo que inspiró al mundo
Gobernó Uruguay entre 2010 y 2015 con un estilo sobrio, directo y profundamente humano. Legalizó la marihuana, defendió el aborto legal y promovió la igualdad. Pero sobre todo, predicó con el ejemplo: vivía sin lujos, donaba su salario y manejaba un auto viejo. Su discurso en la ONU contra el consumismo lo volvió una figura global.

Manuela, un símbolo de su forma de vivir
En sus últimos meses, Mujica pidió algo simple: ser enterrado en su chacra, junto a su perra Manuela. La perrita, de 22 años, sin raza y con solo tres patas, fue parte de su vida cotidiana y también de su imagen pública. Fue testigo de reuniones oficiales, visitas de diplomáticos y entrevistas con medios internacionales.

Manuela incluso tenía videos virales en YouTube y una cuenta no oficial en Twitter. Era, como él, un ícono de sencillez. Falleció en junio de 2018 y fue enterrada en la chacra, donde ahora descansará su compañero humano. Así se cierra un ciclo marcado por la coherencia, la ternura y la convicción.