¡Sabores que no envejecen! Las recetas argentinas que siempre triunfan


La gastronomía argentina es un reflejo de su rica historia y diversidad cultural. A lo largo del tiempo, algunos platos típicos han logrado mantenerse en el corazón de los hogares y siguen siendo protagonistas en reuniones familiares y celebraciones.
A continuación, repasamos cinco recetas clásicas que jamás pierden vigencia.
1. Asado argentino
El asado es mucho más que una comida: es un ritual que reúne a la familia y amigos en torno a la parrilla. Los cortes más tradicionales son el vacío, la tira de asado, el chorizo y la morcilla, acompañados de chimichurri y ensaladas frescas.
Cada región tiene su estilo propio, pero el sabor ahumado y la cocción lenta son infaltables.
2. Empanadas criollas
Ya sean salteñas, tucumanas o santiagueñas, las empanadas forman parte de la identidad culinaria argentina. Rellenas de carne picada, cebolla, huevo y especias, su masa crocante y dorada las convierte en una delicia irresistible.
Se sirven calientes y suelen acompañarse con una copa de vino tinto.
3. Locro
El locro es un guiso espeso y contundente a base de maíz, porotos, zapallo y carnes como el chorizo colorado y el mondongo. Es típico de las celebraciones patrias y de las regiones del norte, ideal para los días fríos.
Su sabor profundo y especiado lo convierte en un clásico inamovible.
4. Milanesa a la napolitana
La milanesa es una verdadera pasión argentina, y la variante «a la napolitana» lleva queso, tomate y jamón gratinados encima.
Se sirve con puré, papas fritas o ensalada, y es común encontrarla tanto en restaurantes como en los hogares.
5. Dulce de leche casero
Este manjar nacional es un ícono de la repostería argentina. Elaborado a base de leche y azúcar, su textura cremosa y sabor inconfundible lo convierten en el acompañante perfecto de tortas, alfajores y facturas.
Prepararlo en casa es un verdadero arte que pasa de generación en generación.
La esencia de la tradición
Estos cinco platos reflejan la identidad y el espíritu argentino. Más allá de las modas gastronómicas, siempre hay un lugar en la mesa para disfrutar de los sabores que nos conectan con nuestras raíces.