Revolución de Mayo: la historia que cambió la historia
El 25 de mayo es una fecha muy importante para Argentina, ya que se celebra el aniversario de la Revolución de Mayo. Esta revolución fue un momento clave en la lucha por la independencia del país y marcó el comienzo de una nueva era en la historia argentina.
¿Qué se celebra?
El 25 de mayo de 1810, un grupo de patriotas argentinos liderados por Juan José Castelli, Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano, entre otros, tomaron el control del gobierno español en Buenos Aires y establecieron una Junta Provisional de Gobierno. Este acto marcó el inicio del proceso de independencia de Argentina.
Desde entonces, el 25 de mayo se ha convertido en un día de fiesta nacional en Argentina, donde se realizan desfiles, ceremonias y eventos en todo el país para conmemorar la Revolución de Mayo y recordar a aquellos que lucharon por la libertad y la independencia de la nación.
Historia previa
La Revolución de Mayo fue el resultado de una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en Argentina y en España a principios del siglo XIX. La invasión napoleónica de España en 1808 dejó al país sin un gobierno legítimo, lo que llevó a la creación de juntas provinciales en toda América del Sur para gobernar en nombre del rey español.
Sin embargo, estas juntas provinciales pronto se dieron cuenta de que necesitaban un gobierno centralizado para coordinar sus esfuerzos y luchar contra las fuerzas realistas españolas. Esto llevó a la creación de la Junta Provisional de Gobierno en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810.
Participantes destacados
La Revolución de Mayo no habría sido posible sin la participación de muchos líderes patriotas argentinos. Algunos de los más destacados incluyen a Juan José Castelli, Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Mariano Moreno y Juan Martín de Pueyrredón.
Estos hombres lideraron el movimiento independentista en Argentina y trabajaron incansablemente para asegurar la libertad y la independencia del país. Sus contribuciones se recuerdan y honran cada año en el Día de la Revolución de Mayo.
Córdoba y la Contrarrevolución
La Revolución de Mayo no repercutió automáticamente a todo el país y en el caso de la provincia de Córdoba la historia fue más compleja aún, ya que el partido español era fuerte.
El grupo que manejaba el poder en Córdoba estaba integrado por el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha, el ex gobernador Victorino Rodríguez, el obispo Rodrigo Antonio de Orellana, más la familia Allende y otros vecinos notables de la docta.
Pero especialmente ocurrió que este grupo recibió un refuerzo destacado: el ex virrey Santiago Liniers, héroe de la reconquista, se radicó en Córdoba junto a sus hijos. La oposición cordobesa tenía como líder al deán de la Catedral, Gregorio Funes.
La réplica de Buenos Aires fue rápida y en una expedición militar punitiva a las órdenes de Francisco Ortiz de Ocampo, pudieron detener a los insurgentes, que eran un número mucho menor. La orden de Moreno era pasar a los detenidos directamente a las armas, pero Ortiz decidió enviarlos a Buenos Aires.
Cuando Mariano Moreno, el secretario de la Primera Junta, se enteró de que iban en camino a la capital, se enfureció y envió a Juan José Castelli a interceptarlos y fusilarlos allí donde los encuentre. No había que permitir que Liniers fuera visto en esa situación en Buenos Aires.
De manera que el encuentro se produjo en Cabeza de Tigre, paraje cercano a Cruz Alta. Allí, en el Monte de los Papagayos, los cinco principales cabecillas del motín fueron fusilados sin juicio previo. Previamente, Castelli leyó en voz alta la sentencia de muerte y el obispo Orellana –le perdonaron la vida por ser sacerdote- impartió la bendición a los condenados.
Con el tiempo y ya apaciguada la situación, los cordobeses comenzaron a conocer las miras de la revolución y se sumaron a la causa independentista, aportando soldados y oficiales al Ejército del Norte para luchar por la patria en cada rincón del territorio.
